Las  27 
                                    Miembras  Naciones  de  la  Union 
                                    Europea  Adoptan Nuevo Tratado
     
La ciudad de Lisboa ha alumbrado hoy el Tratado que regirá los destinos de la Unión Europea en
                                    las próximas décadas, el texto que sustituye a la fracasada Constitución Europea. Un tratado que "recoge
                                    lo mejor del patrimonio europeo" para conseguir "una Europa más moderna, más eficaz y más democrática",
                                    como ha dicho el primer ministro portugués y presidente de turno de la UE, José Sócrates, al abrir la
                                    ceremonia solemne de la firma, que tiene lugar en el magnífico Monasterio de los Jerónimos de Lisboa, frente
                                    a la desembocadura del Tajo.
Los líderes de los Veintisiete
                                    se han reunido en el monasterio lisboeta, donde Portugal rubricó en 1985 su entrada en la UE, para estampar su firma
                                    en el nuevo Tratado de la UE, un acuerdo fraguado tras siete años de negociaciones plagadas de escollos. Con el nuevo
                                    texto, la UE intenta agilizar el funcionamiento de la institución tras la entrada de 12 nuevos socios, sobre todo en
                                    lo tocante a la toma de decisiones y a la personalidad propia de cara al exterior.
El primer ministro portugués, José Sócrates,
                                    ha sido el encargado de abrir la ceremonia con un discurso en el que ha ensalzado los valores europeos y defendiendo el Tratado
                                    pese a ser el hermano pobre de la Constitución fracasada por los 'noes' de Francia y Holanda. Ha dicho que
                                    el nuevo Tratado "vence la parálisis política" en que entró la UE tras esos 'noes'
                                    y ha agradecido el trabajo previo de la presidencia alemana y de su canciller, Angela Merkel, para llevarlo a buen puerto.
Más en concreto, ha subrayado que el Tratado "reconoce
                                    la Carta de Derechos Humanos con valor jurídico pleno", responde al "reto de facilitar la toma de decisiones"
                                    y "refuerza el papel de los parlamentos nacionales". Además, ha destacado que "define una nueva arquitectura
                                    institucional, con una presidencia nueva, con una nueva ponderación de votos que dan un nuevo equilibrio y un mejor
                                    funcionamiento a la UE". En resumen, un nuevo Tratado "que recoge lo mejor del patrimonio europeo pero que no mira
                                    al pasado, sino que es un Tratado para el futuro, para una Europa más moderna, más eficaz y más democrátrica".
Siete años de negociaciones
Con la firma se pone fin a siete años de duras negociaciones, desde el encargo
                                    de la Comisión Europea a un grupo encabezado por el ex primer ministro francés Valéry Giscard D'Estaign
                                    para que elaborara una Constitución para Europa. En medio, los debates en la redacción del texto, con la inclusión
                                    o no de un reconocimiento de la influencia cristiana en el nacimiento de Europa, su aprobación en la cumbre de Roma
                                    de 2004 y los procesos de ratificación en los distintos estados, con los referendos que dieron el visto bueno, en España
                                    y 17 países más, y los 'noes' de franceses y holandeses que echaron por tierra el proyecto, que debió
                                    retomarse con ambiciones reducidas.
También este Tratado
                                    deberá ser ratificado por los estados antes de su entrada en vigor en 2009, pero esta vez sólo Irlanda lo someterá
                                    a referéndum. Los demás lo harán pasar por sus Parlamentos. El nuevo texto incorpora un nuevo sistema
                                    de decisión llamado de doble mayoría, que combina población y miembros. Para aprobar algo, será
                                    necesario el apoyo del 55% de los estados miembros que representen al menos el 65% de la población. Era necesario un
                                    sistema de este tipo que eliminara la unanimidad, que haría casi imposible el funcionamiento de una institución
                                    con 27 miembros. Además, el Tratado elimina el derecho de veto en 40 áreas, entre ellas las políticas
                                    de inmigración y cooperación policial y judicial.
Pretende también dotar a la UE de una mayor cohesión y personalidad propia a la hora de actuar en la escena
                                    internacional. Para ello, refuerza la presidencia, que pasa a tener un mandato de dos años y medio y acaba con las
                                    rotaciones cada seis meses. Además, incorpora la figura de un ministro de Exteriores con rango de vicepresidente
                                    de la Comisión y con más atribuciones. Por el momento, el español Javier Solana, actualmente Alto Representante
                                    de la UE para la política exterior, seguirá en su puesto.